viernes, 16 de julio de 2010

Un día no tan común y corriente. . .

El sábado pasado, no fue un sábado común y corriente. En realidad, me tocó ser testigo de algo que realmente me ha dejado estos días pensando bastante.. y fue más o menos así :

Estaba en la parroquia, todos habíamos formado un circulo como de costumbre en todos los sábados que nos vemos, para saludarnos, vernos las caras, conversar un rato. De repente, entró un señor. Lo único que en un principio me llamó la atención de él, era que se notaba fácilmente que había sido golpeado fuertemente.

Todo era aceptable, hasta que comenzó a hablar. Contaba que el era " el jota " , que era alcohólico y drogadicto, que no tenía donde vivir, que su familia lo había dejado a excepción de su madre, pero que ella se había muerto hace poco. También nos contó que le habían pegado porque era 'terrible picao a shoro' , y al decir ese comentario, se asomaron algunas risas de mis amigos. Se acercó a la vero, una de las que se rió, su cara pasó a ser de una rabia a punto de ser incontenible, todos comenzamos a sentir bastante miedo. Volvió a hablar y dijo: "ríanse de mi no más... si es que les parece chistoso... Si sé que soy patético... rianse! " Luego de eso, extrañamente pasó nuevamente a un estado de completa y abrumante tristeza, donde nos repetía "Que Dios los bendiga", también que no dejaramos caer nuestra vida, como el había dejado que la suya se fuera por un profundo abismo.

Luego de eso, volvió a ponerse agresivo, y por ende llegaron unos hombres y lo sacar a la fuerza, entre manotazos y patadas al aire, y algunas no tan al aire...

Sinceramente, me dejó un tipo bastante singular de pesadez en mi interioir, como de intranquilidad, de impotencia, de un poco de deseo de justicia. Primero pensé "Si es tan católico, ¿Por qué dios le enregó una vida o un destino así?" Pero luego de eso, pensé que uno es el que contruye su camino. A uno puede no faltarle nada en su exterior o en su ambiente, pero si tu alma está intranquila o la sientes vacía, no hay nada que los demás puedan hacer por tí.

Si hay algo que me gusta de mi es que , con el paso del tiempo, he aprendido a sacar lecciones de los que me rodean, y luego del acontecimiento de ese sábado, me di cuenta que, aunque suene súper típico y toda la cosa esa, uno en realidad que no valora lo que tiene. El pobre hombre, quizás qué daría porque le preguntaran como está al llegar a su casa ( si es que tiene.. ) , como se siente; que daría quizás por darle un cálido beso en la mejilla o en la frente a su madre, quien sabe...

En lo más profundo de mi corazón, le pido a jesús que ayude a ese hombre a, aunque sea, rehabilitarse de sus duras adicciones, y así poder intentar renacer . . .