sábado, 17 de octubre de 2009

nosé.


Han sido días hermosos en verdad. Ando demasiado contenta, sonriendo por todas partes, y lo mejor es que sé que no será por poco tiempo el que esté asi. No voy a dejar que personas que ya no me importan, vengan a aruinarme mi presente.. Había una vez un hombre muy abrumado por el sufrimiento. Acostumbraba a decir todos los días al rezar "¿Por qué yo? Todo el mundo parece tan feliz ¿por qué he de ser el unico que sufra de este modo?" Un día, presa de una gran desesperación rogó a Dios: "Puedes darme el sufrimiento de quien sea, estoy dispuesto a aceptarlo, pero llévate el mío, porque no puedo soportarlo más.
Aquella noche tuvo un hermoso sueño, hermoso y muy revelador, en el que Dios aparecía en el cielo y decía a todo el mundo "Traed todos vuestros sufrimientos al templo".
Cada uno estaba harto de su propio sufrimiento; de hecho, quien más quien menos había rogado alguna vez: "Estoy dispuesto a aceptar el sufrimiento de cualquiera; pero llevate el mío, ya que es excesivo; insoportable".
De modo que cada cual reunió sus sufrimentos en una bolsa y se encaminó al templo. Todos parecian muy felices; había llegado el día en que su súplica había sido atendida. Y también aquel hombre se precipitó hacia el templo.
Dios dijo: "Deja las bolsas junto a la pared"; y pusieron todas las bolsas junto a la pared.
A continución, Dios proclamó: "Ahora podeis escoger; que cada cual tome la bolsa que quiera".
Pero lo más sorprendente fue que aquel hombre que no había parado de suplicar, ¡se precipitó hacia su propia bolsa antes de que nadie pudiera decidirse por ella! Aunque el sorprendido iba a ser él, pues cada uno se abalanzó sobre su propia bolsa; feliz de recuperarla. ¿Qué había pasado? Por primera vez, cada uno había visto las miserias y los sufrimientos de los demás, y sus bolsas eran igual de grandes, ¡si no mayores!
El segundo problema era que se habían acostrumbrado a sus propios sufrimientos; luego ¿para qué quedarse con los de otro? ¿Quien sabe qué clase de sufrimientos habrá en la bolsa? ¿Por qué tomarse la molestia? Con tus sufrimientos, al menos, estás familiarizado; te has acostumbrado a ellos y te resultan soportables. Los has soportado durante muchos años, ¿por qué optar por lo desconocido?
Y todos regresaron felices a casa. No había cambiado nada: volvian con el mismo sufrimiento; pero estaban alegres, felices y sonrientes por estar de vuelta con su propia bolsa.
Por la mañana, rezó a Dios en estos términos: "Gracias por el sueño; nunca más volveré a pedir nada. Me des lo que me des, será lo más indicado para mí; por eso me lo habrás dado.

Todos pensamos que el verde del pasto es más verde al otro lado de la valla.
Lo mismo pasa con los males, pensamos que los de uno son los peores. Abre Los ojos. No eres el único con problemas, y si te tocaron los problemas que te tocaron, por algo es. Dios no pone obstáculos a la gente que no puede superarlos.

Hoy día mi abuelo hubiera cumplido 89 años, pero lamentablemente me dejó a los 84. Fernando Vial Williams, un ejemplo a seguir, definitivamente ♥

Foto: Ojo del alfredo =)