sábado, 22 de septiembre de 2012

Mi mundo imaginario fue desde siempre el único mundo verdadero para mí. Nunca tuve amores tan reales, tan desbordantes de imaginación, de sangre y de vida como los que entablé con figuras que yo mismo creé. ¡Qué leales! Siento nostalgias de ellas porque, como todo lo demás, también ellas pasan…