domingo, 12 de diciembre de 2010

mi mapa de vida .

Poco a poco voy buscando mi camino. Me he devuelto muchas veces, he terminado nefastamente destrozada y sin embargo, sigo aquí, intentándolo, sin rendirme, renaciendo cuantas veces lo necesite, porque como podría rendirme? pues "con cada paso aprenderé a andar" , aunque entre paso y paso hubo retroceso, hoy sigo luchando por ese vivo recuerdo en mi memoria que mantiene presente de que alguna vez el avance fue mayor que el retroceso. Y es que nadie puede tener ni minima idea de lo que he aprendido en el camino. Hoy, me miro en el espejo, me miro feliz y pienso "tengo gran parte de lo que necesito y de lo que quiero. Vamos, no creo que haya estado haciendo las cosas tan mal". No me sirven las palabras, pues las felicitaciones se desvirtúan en sus letras con el viento, y los abrazos de desvanecen, varias veces igual que el afecto. Pues lo unico que me quita la disconformidad soy yo misma, cuando yo esté conforme conmigo, aunque que eso ocurra igual depende en gran parte de lo que me diga la gente a cual le tengo afecto. ( " tus padres deberían estar orgullosos de ti . . . " , frase que realmente me parte el corazón , pues sabiendo que no es así lo escucho de otras bocas. ) Pero en realidad los demás no ven más alla de lo que el espejo puede reflejar. Y todos sabemos que el espejo no lo es todo, la apariencia mucho menos.
Hoy, mi espejo refleja mi alegría constante, mi amplio sentimiento de felicidad con el poder de lo simple, pero ya se ha olvidado del precio que se debe pagar por tal alegria del hoy. Dicen que quien es muy alegre en el hoy, es porque en su pasado tuve que experimentar la verdadera angustia, la verdadera y consumidora tristeza, quizás hasta la soledad plena. Todo tiene su precio, y normalmente todo precio vale la pena pagar. Yo me siento un claro y vivo ejemplo de que eso es verdad.
Por eso, me pongo de pie y en el fondo de mi, agradezco cada cicatriz ubicada en diferentes etapas de mi mapa de vida. . .